Reflexión

Maldito el día en que me enamore de ella, maldito el momento en que me decidí a hablarle y maldita la suerte que fue quien la puso en mi camino.

¡Aunque!, aunque no puedo negar que aun la quiero, que la extraño, que cada noche que pasa sueño con volver a estar con ella, pero!, pero ya he abierto los ojos, ya he comprendido que nada es eterno, y que los amores juveniles son pasajeros, o sea un día te encuentras al lado de una persona diciéndole lo mucho que lo(a) amas, y después te encuentras con otro persona y sientes que esa es la persona con quien debes pasar el resto de tus días y todo se convierte en una secuencia que se repite una y otra, y otra vez hasta que te das cuenta de lo que a sucedido, pero ya es muy tarde para volver a atrás pues estas muy viejo o muy desilusionado para seguir la lucha por otro amor, pues te has dado cuenta de que amar no es tener lo que quieres sino querer lo que tienes.

Me he dado cuenta que en si el amor hace daño, y que siempre hay que olvidar a quien tanto se a amado, pero también me doy cuenta de que hay que tener el corazón de piedra para no pensar en esa persona que tanto daño nos hizo, o á quién cometimos una falta tan grave que nunca podremos reponer y obtener su perdón, por eso ahora me he propuesto convertirme en un picaflor que va de flor, en flor, sólo para obtener lo que desea sin pensar en tener una relación eterna o sea un amor que dure para siempre.

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