Consecuencias

La piel, de no rozarla con la piel, se va agrietando.
Los labios, de no tocarlos con otros labios, se van secando.
Los ojos, de no cruzarlos con otros ojos, se van cerrando.
Las manos, de estrecharlas con otras manos, se van perdiendo.
El cuerpo, de no sentirlo con el cuerpo, se va olvidando.
Y el alma, de no entregarla con el alma, se va muriendo.

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